Supone el desarrollo de una situación menos jerárquica entre padres e hijos. La relación de autoridad es importante en un principio, pero posteriormente debe reducirse paulatinamente y traer relaciones de mayor igualdad. Los padres no deben ser autoritarios ante la toma de decisión de independencia de los hijos.
El orientador debe:
- Dar respuesta a situaciones de autoridad en la decisión de independencia de los hijos.
- Ayudar en la re-creación de la vida cotidiana de los padres en conjunto ante la ida de los hijos, fomentando la comunicación.
- Preparar a la pareja para la jubilación, que suele coincidir con esta etapa. Según la psicóloga francesa Maximilienne Levet-Gautrat, debemos luchar contra el “modelo bovino de la vida”.
- Aprender a hacer frente a ciertas discapacidades y molestias.
- Afrontar situaciones intergeneracionales, con los hijos o los nietos.
En resumen, en esta fase la orientación familiar se centrará en ayudar a la pareja a dotar de creatividad y vivencias positivas esta etapa, que puede convertirse en una etapa muy gozosa.
Trailer de la película "El nido vacío"
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