1. Tener conciencia de que la comunicación tiene un doble mensaje: aspectos de contenido y aspectos relacionales.
2. Tener conciencia de los patrones de comunicación previos, que influyen en las actitudes y formas de comunicación.
3. Favorecer el conocimiento del proceso de construcción del significado, es decir, cuáles son los factores psicológicos que intervienen en la emisión y construcción del mensaje. Para esto se pueden hacer algunas preguntas sencillas, como una petición de aclaraciones o una clarificación de las expresiones.
4. Ofrecer apoyos para compartir las experiencias: previene la desconfianza, los celos, los prejuicios, etc, y garantiza la empatía. También favorece la construcción de la realidad de forma conjunta y el flujo de emociones positivas. Si no es posible compartir las experiencias, es importante conocerlas a través de la narración, los mensajes, etc, y debe compartirse de forma interna y externa. Eso no significa que la conversación se convierta en un interrogatorio, pues sería intimidatorio y no aporta nada positivo.
5. Construir adecuadamente los mensajes. Aunque las intenciones sean positivas, a veces la construcción del mensaje no es la más apropiada. Para ello es necesario:
- Evitar la descalificación, la desautorización y la culpabilización, pues el uso de esta tríada crece cuando se utiliza y tiene graves consecuencias: juicios de valor negativos, críticas y comparaciones que evitan que las personas puedan crecer.
- Intentar que la comunicación se centre en el momento presente o, como mucho, en un futuro próximo. El hecho de remarcar cosas del pasado conlleva intenciones de la tríada anterior.
- Evitar las generalizaciones, pues emiten mensajes distorsionados.
- Hacer un uso moderado de las redundancias, tanto verbales como no verbales, favoreciendo la creatividad y la flexibilidad.
- Hacer de la comunicación un proceso paulatino: hay que evitar soltar todo de golpe para no atragantarnos con nuestras propias palabras.
- Distinguir el acontecimiento de la propia interpretación y buscar la objetividad.
- Disminuir el ruido de las interferencias, escuchar y ponerse en el lugar del otro, pues la empatía proporciona control.
Las posibilidades de cambio están en la relación y fundamentalmente en nosotros mismos, que somos los auténticos protagonistas de la misma.
“No esperes nunca que el otro cambie o se dé cuenta de… Díselo y actuad. Si no, no merece la pena esperar.”
Está muy bueno, pero me gustaría que fundamentaran la información para poder acceder a la fuente directa. Gracias. Saludos
ResponderEliminarmuy buen tema felicitaciones a la autora 😆👌👍
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